Por otra parte, existen otros grados de calidad más bajos:
El matcha culinario es el grado más básico y económico. Se produce con hojas más maduras o de cosechas posteriores que han recibido menos tiempo de sombreado. Debido a esto, contiene niveles más bajos de L-teanina (responsable del sabor dulce y del umami) y cafeína, pero un contenido significativamente más alto de catequinas amargas y otros polifenoles. Esto se traduce en un sabor más intenso, amargo y astringente, por lo que no suele consumirse solo, sino mezclado como ingrediente en recetas como smoothies, batidos, repostería o lattes con leche vegetal.
El matcha premium, por otro lado, es un punto intermedio entre el culinario y el ceremonial. Se elabora con hojas de la parte media-alta de la planta, recibiendo algo menos de sombra que el ceremonial, pero más que el culinario. Aunque mantiene un buen sabor y color, su perfil sensorial es menos delicado y algo más amargo que el ceremonial. Es habitual usarlo en bebidas mezcladas como matcha latte y otras preparaciones en las que el té no es necesariamente el protagonista principal, pero que aun así requieren una calidad superior al grado culinario básico.
En resumen, las diferencias entre estos grados radican en las prácticas de cultivo y procesamiento: las hojas jóvenes altamente sombreadas del matcha ceremonial (como el de FullGas) aporta L-teanina, cafeína y menor amargor, resultando en un sabor suave, dulce y umami; mientras que las hojas maduras o menos sombreadas usadas en los grados culinario y premium presentan más compuestos amargos y menos dulzor natural.
Estas variaciones determinan directamente la calidad sensorial y nutricional del matcha disponible en el mercado. Como destacan Sokary et al. (2022), el equilibrio ideal para un matcha de alta calidad es aquel con altos niveles de teanina y cafeína, y una concentración moderada de catequinas.
A continuación te mostramos visualmente las diferencias entre los tres grados: